Los postres de otoño son una verdadera delicia que os recomiendo, aunque no entiendo muy bien por qué esta necesidad de dividir los postres por estaciones. A mi, personalmente, los postres me gustan en cualquier época del año. Me ha sorprendido también esa idea de los postres de otoño, porque siempre he tenido la sensación de que el otoño es una de las estaciones menos carismáticas del año, quizás la que menos.
Por ejemplo, la primavera siempre tiene su aliciente. A todo el mundo le gusta la primavera. Yo veo un post en una página web en la que se hable de postres de primavera y no me extraño en absoluto. ¿Por qué no va a haber postres de primavera? Es la estación del amor, de la luz, del color... es una estación preciosa para comerse un buen postre. Ahora no es primavera y, no obstante, yo tengo ganas de comerme un postre de primavera. Así de carismática es la estación.
El verano no tiene ese mismo carisma irresistible, pero es casi imposible dejar de escribir en algún momento algún artículo que sea algo así como "postres de verano" ¿Por qué? Pues porque el verano tiene como característica más notable el hecho de que hace calor y, cuando hace mucho, pero mucho calor, igual que cuando hace mucho, pero mucho frío, siempre apetece hacer cosas en particular contra el calor o con el frío: comer de forma diferente, vestir de forma diferente, tener opiniones completamente diferentes acerca de lo bueno que es que haga frío o calor según el caso... un mundo.
Es normal que todo esto acabe afectando al mundo de los postres.
Postres de otoño
Otro tipo de postre
Hay postres que, sin embargo, uno está deseando poder comer en otoño, o eso es lo que sugiere el artículo publicado en vogue. A mí me extraña bastante, la verdad, pero no tengo ninguna razón para dudar de ellos. De hecho yo he visto la lista de postres y todos me parecen muy buenos, aunque no creo que sea por el otoño, sino sobre todo por el postre en sí.
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